por reflex el Mar Dic 19, 2006 11:55 am
Hola foreros, os voy a contar una historia:
Resulta que un hombre iba tan tranquilo conduciendo su coche por una carretera perdida del mundo, en medio de un monte y de una noche oscura.
En esto estaba cuando de repente pinchó una rueda y tuvo que bajarse para revisar el coche. Cuando fue a montar la rueda de repuesto se dio cuenta de que le faltaba el gato, y que sin él no podría cambiar la rueda y emprender así su marcha. No había un alma alrededor y la última gasolinera la había pasado hacía mucho tiempo. El móvil sin batería... "qué voy a hacer ahora" se dijo... pero fijándose bien alcanzó a ver una luz, era una casa de la que manaba humo así que alguien había dentro. "eureka!"
El hombre emprendió la marcha hacia allí con la intención de pedir ayuda.
Según iba andando empezó a reflexionar "a estas horas de la noche seguro que la persona de la casa se enfada conmigo y me da un portazo en las narices..."
Siguió andando hacia la casa. Volvió a pensar "viviendo tan alejado del mundo seguro que es un psicópata perseguido por la ley...."
Siguió acercándose a la casa, ya veía la ventana iluminada por el fuego. Volvió a pensar "seguro que ese fuego es de su última víctima, que después de descuartizarla la está incinerando para no dejar huella...."
En esto que el hombre tocó a la puerta, y detrás de ella se acercó un hombre viejecito y muy amable, que le dijo educadamente "buenas noches caballero, en qué puedo ayudarle?" a lo que el hombre del coche le gritó "no quiero su maldito gato, quédeselo para asesinar a su siguiente víctima degenerado!"
MORALEJA: si pensamos que vamos a perder contra el Tau, perderemos, seguro.
NO A LA CENSURA: LIBERTAD DE EXPRESIÓN