por Escauro el Dom Ago 21, 2016 9:29 pm
Yo, Rocky, añadiría una tercera razón: la endémica desconexión Club-afición.
Los sucesivos Consejos de Administración, por voluntad consciente o por pura incompetencia, han tenido siempre desinformado no ya sólo al aficionado, también al abonado y, mucho más grave, al socio.
Es ilustrativo, y la gota que ha colmado el vaso, el esperpento informativo que estamos viviendo desde que terminó en mayo la liga hasta la increíble carta que nos manda la Sra Presidenta.
A lo largo de estos meses en el Club han pasado muchas cosas y se han tomado decisiones trascendentes: renunciar a la ACB, permitir que el Diputado de Cultura presida la única rueda de prensa que da el Club, siendo además en sede foral. No inmutarse ni explicar los porqués de la renuncia y la sumisa aceptación del recorte de la subvención. No explicar por qué se aceptó clandestinamente una subvención de 350.000€ de la Real, que ni aparece en nuestras cuentas anuales (nos hemos enterado, precisamente, al leer las cuentas anuales de la Real). Y así podríamos seguir.
Han echado a gente a la calle, tanto del cuerpo técnico como organizativo, sin explicación alguna y sin ningún atisbo ni de autocrítica (otro elemento clave en la desafección social) ni de intención de dimitir.
El mensaje lleva siendo claro desde hace años y ahora ya ha llegado a su mayor expresión: el Club es de un grupo de personas que han arriesgado su patrimonio en él y, por tanto, son ellos los que deciden. Correcto. Pero si la cultura del Club es esa, luego que ni apelen a la afición ni se extrañen de que ésta les abandone. Salvo, claro, que ese sea el objetivo real como paso previo a la bajada definitiva de la persiana.