por easonense el Vie Abr 04, 2008 3:40 pm
Ya se que todas estas frases son muy cargantes y un pelín empalagosas. Está más que claro que Lillo debería cortarse un poco a la hora de filosofar y de explicar su concepto de juego. Alguien le debería recordar a Juanma que lo sencillo es bello y lo bello, sencillo.
Ahora bien. Para mí, intenta transmitir confianza a los jugadores, y en una cosa tiene razón: muchos jugadores de la Real juegan sin confianza y, muchas veces, parece que no piensan lo que hacen.
Lillo quiere a jugadores que utilicen la cabeza y arriesguen, cada uno en su zona, para poder sacar lo máximo de todos ellos. Les pide que tengan "hambre ", ganas de ganar, deseos por machacar (deportivamente) al rival. Y todo ello hay que hacerlo con las armas que, hoy en día, mejor maneja la Real: un centro del campo creativo, unas bandas incisivas y una delantera depredadora.
Para ello, todos los jugadores que salgan el próximo domingo a jugar contra el Hércules, deben salir tal y como lo hizo Gullit en aquella famosa semifinal de Copa de Europa, allá por el año 1989, contra el R.Madrid, en la que el Milán goleó y ridiculizó a la repelente Quinta del Buitre. Años después, cuando le hicieron a Gullit la pregunta de qué si él pensaba que iban a a rrollar al Madrid, el de Surinam contestaba: "no cabía la menor duda, sólo tuve que mirar la cara de Michel, antes de saltar al terreno de juego, y supe al instante que íbamos a ganar".