Tu primer argumento la verdad es que no tiene desperdicio. Muy bien redactado, eso sí, pero se sujeta con alfileres. Creo que no es momento ni lugar para discusiones dialécticas, al puro estilo sofista. Entonces, donde nosotros vemos mentira, tú ves precipitación al hablar.
Es decir, cuando dijo que se venderían camisetas con el logo de la Real en los aeropuertos de Shanghai y de Beijing y que siendo prudentes una de cada diez personas se compraría una camiseta y que esos ingresos revertirían en la Real y que Pako era su director deportivo y Jabo su entrenador y Zigic su delantero y que cambiaría el nombre al estadio y que la selección olímpica china jugaría en Anoeta y que llevaba trabajando en este proyecto durante dos años, tú entiendes que se precipitó al hablar. Alucinante. Dos años preparando un proyecto para que llegue la hora de la presentación del mismo y se precipite al hablar.
Se pega unas ruedas de prensa en las que hay que llevar el tuper – Badiola dixit – y tú dices que se precipita al hablar. Tratar de defender semejante perogrullada es de mear y no echar gota. No miente, se precipita al hablar. Me suena a “no hay crisis, hay desaceleración”. Hay que joderse. Y encima te aplauden por haber soltado semejante parida.
Mira Peio, Iñaki Badiola es el presidente de la Real, su máximo representante. El máximo representante de algo tan importante como la Real debe tener ciertas características personales: entre esas características personales imprescindibles está el que no se precipite al hablar. Nos hemos equivocado tratando de echar a este mentiroso, según tú. En cambio estarás conmigo en que acertamos al tratar de echar de la presidencia a este personaje que se precipita al hablar, a este personaje que sufre de incontinencia verbal. Si sufre de incontinencia verbal, que se junte con su grupo de amigos en el bar y suelte lo primero que se le pasa por la cabeza. Pero la Real como institución no puede permitirse tener de presidente a un bocazas. Casi hasta se puede aceptar tu razonamiento: no es un mentiroso, sólo es un bocazas. Bien dicho, Peio, para ser un badiolista cerrado es un primer paso.
Tú segundo argumento, que tenemos que comparar a Badiola con Denon todos los días para dificultar el regreso de los segundos, tiene aún más tela. Aún está más tergiversado, es demagogia de la dura. Entonces Peio, ¿en qué nivel de alerta nos encontramos ahora? ¿Nivel amarillo? ¿Nivel naranja? ¿Nivel rojo? Estamos todos acojonados, de verdad. ¡¡Que vienen los de Denon… uuuuuhhhh… todos a apoyar a Badiola!! Buenísimo, Peio, de verdad. Divertido a rabiar.
Yo ya estoy mareado con tantas alertas y niveles de colores. Estados Unidos basó durante décadas toda su política en combatir el comunismo, el enemigo. Hubo crisis de misiles, peligros inminentes, guerras espaciales… estaban todos los estadounidenses acojonados con los rojos, esos que se comen a los niños. Al caer el Telón de Acero, se quedaron sin el enemigo, se quedaron sin nada con lo que atemorizar al pueblo para que siguiera apoyándoles. Pero ahí entró el terrorismo internacional y la amenaza de Bin Laden. Vuelta al nivel naranja, al nivel amarillo, ahora nivel rojo, ahora desalojamos el metro… Otra vez todo el mundo acojonado, y otra vez el poder contento de tener un enemigo al que atacar y con el que tapar los fracasos propios y mantener al pueblo embotado.
¿Así que Fuentes es Bin Laden? ¿Qué miedo, no? ¿Qué vamos a hacer? No nos queda sino encomendarnos a nuestro dios Badiola para que nos libre del mal. De verdad Peio, buen intento de redacción, pero es que los argumentos son de monólogo cómico. ¡¡Que viene Denon… todos debajo de las mesas!!
Una política que necesita de un enemigo identificable para mantenerse en el poder, demuestra que tiene unas carencias estructurales propias inmensas. Igual que los gobiernos americanos necesitan meter miedo a su pueblo para mantenerlo bajo control, lo mismo tratas de hacer tú metiéndonos miedos con la amenaza de Denon. Pero aquí somos europeos y tenemos más cultura. A más cultura, menos miedo.
Nos has dejado a todos boquiabiertos. Entre que no miente, que se precipita al hablar; y entre que Fuentes no es Fuentes, sino que es Bin Laden, me dejas patidifuso.
Ingresos imaginativos no habéis sabido encontrar, ahora argumentos imaginativos sí que los habéis encontrado. Badiola no miente porque tiene incontinencia verbal y Fuentes es Bin Laden. ¿Con eso pensáis manteneros en el poder? En Estados Unidos igual sí, pero aquí seguro que no. Las enseñanzas de Harvard sirven para el pueblo estadounidense, poco leído. Aquí no cuelan.