El pasado domingo algunos pases se nos quedaron cortos y en bastantes el balón tardaba en llegar al compañero (y no solo los de Xabi).
Uno, que no cree mucho en las casualidades, tiende a buscar los porqués de las cosas y, en este caso, entre estos no podía encontrarse el viento, que suele producir ese efecto. Hasta el segundo tiempo no sentimos una brisa.
Como única explicación razonable se me ocurrió, aparte de la altura de la hierba, el grado de humedad del terreno.
¿A alguno más le dio la impresión de que el balón corría poco?
Esta más difícil: ¿Sabéis si se regó menos (o de diferente manera) que otras veces?
Se agradece respuesta.