Le voy a proponer un juego. Imagínese que no ha visto un partido y yo le digo que en sala de prensa su entrenador ha dicho que está contento con los suyos porque «han competido muy bien». Sin duda, sabrá que han perdido.
En el fútbol se imponen frases y tópicos que, por repetirse, pierden todo su significado y no aportan nada. ¿Competir? ¿Qué es competir? ¿Que no te metan cuatro? Competir es algo que se presupone, como el valor en la guerra. Lo que se trata aquí es de ganar. El resto no interesa a nadie.
El Huesca es el colista de la Liga y compite bien. Es uno de los tres equipos que ha logrado puntuar contra el Atlético, ha empatado los dos partidos ante el Villarreal y también lo hizo en Mestalla, vendió cara su derrota contra el Barcelona (0-1) en casa... Ya, pero no gana y se va a Segunda División. Y eso que con Míchel jugó un buen fútbol.
La Real lleva dos victorias en 16 partidos y eso no es competir. Hay empates en los que dio muy buena imagen, como los logrados en Nápoles y contra el Barcelona en la Supercopa, pero en general lo que ha sumado en los dos últimos meses son derrotas y empates frustrantes. En casa, por los menos, ante el Rijeka, Eibar, Osasuna y Betis. Y eso, además de debilitarte deportivamente, te va minando la moral.
Quedar eliminado de la Copa no es un desastre. Más bien una decepción. En este formato a un partido entra dentro de lo posible caer en el campo del Betis, un rival de parecido potencial. Lo que duele es la forma en que se produjo. En la Liga, el sábado pasado, una ventaja de dos goles en el minuto 85 no sirvió para ganar. Y el martes tampoco valió ir por delante en el marcador.
Mateu Lahoz destrozó a la Real con esa inexistente expulsión a Illarramendi. Ya sabemos que el valenciano hace lo que le da la gana. Él también, de ahí que se pase el partido gustándose, sonriendo y poniendo caritas. Sin embargo, cuando echó a Sanabria y volvió a haber igualdad numérica de diez contra diez, el resultado era favorable 0-1. Y apenas quedaban diez minutos. El Betis empató y en la prórroga hizo dos goles más.
Decir que este equipo es muy competitivo es faltar a la verdad. Y tontos no somos. Sí que es muy bueno, porque aúna calidad, juventud y ambición, pero competir, compite de pena. Así que vamos a ir aclarándonos para que no se nos vaya la temporada por el desagüe. Los objetivos no han cambiado: pelear por colarse entre los seis primeros en la Liga y ganar después de 34 años esa final pendiente de Copa. ¿La eliminatoria contra el Manchester? Ahora mismo ni me la planteo...