por Displicente el Mié Ago 30, 2017 6:44 pm
Si el año pasado nos sorprendieron con una curiosa obra teatral que ya comentamos en este foro, ese mismo mes ha aparecido un nuevo - uno de los tantos e incontables- libros sobre Jose Antonio y su ·excelsa» personalidad. José Antonio.el hombre que todos convirtimos en mito, se titula la nueva creación.Si claro, me estoy refiriendo a Jose Antonio Primo de Rivera pues no hay otro Jose Antonio al cual se identifique solo por su nombre. No basta con que el «ausente» fuese el mito máximo durante cuarenta años en los que el régimen se apropió deu su figura y nos hizo a todos de alguna manera comulgar con sus «valores». Llevamos cuarenta años de teórica democracia y la figura del fundador oficial y reconocido del fascismo español sigue rodeada de una inmensa fila de adoradores y teorizantes que cada año aportan nuevas ediciones y recursos sobre su figura y su «inmensa» obra. En el propio internet es dificilísimo encontrar escritos críticos sobre Jose Antonio, porque casi todo lo publicado cae en la hagiografía mas exagerada. Existen obras críticas sobre Jose Antonio, por supuesto que existen. Una de las mas críticas es debida a la pluma de César Vidal. El fundador del fascismo español, le pese a quien le pese, nunca fue un santo. Poseía un carácter violento que demostró en muchas ocasiones. Una vez envió rodando a un compañero parlamentario por los suelos de un puñetazo en plena cámara de los diputados. Ciertamente fué asesinado como tantos españoles de aquella época y eso nos apena, pero no podemos olvidar el tremendo cargo que existía contra él: participación y sedición en la sublevación militar que estaba desangrando España. Ese cargo hubiese llevado al paredón a cualquier persona. Este hombre llevaba al menos dos años alimentando y acariciando la idea de aquel golpe militar. Como quedó demostrado tras la reunión de los falangistas en Gredos, estaba disponiendo a su grupo político para la guerra civil. Cuando esta llegó, es verdad que manifesto ciertas dudas, sobre todo motivado por el hecho de que no veía con claridad cual iba a ser el papel jugado por su organización, pero igualmente es cierto que lanzó misivas de aliento a los militares comprometidos como aquella célebre «carta a los militares de España». Si uno de los motivos aducidos por los generales golpistas para producir el golpe de julio de 1936 estaba en la violencia que se había desencadenado en las calles desde el advenimiento del «Frente Popular» y en el derramamiento constante de sangre que se produjo en aquel año, es obligatorio reconocer que la Falange fue una de las principales causas de aquella violencia pues con sus bandas de pistoleros no cesaba de atentar y cometer estragos. Eso no era obra de la república sino de partidos violentos que no practicaban la democracia y entre todos esos partidos la falange fue el principal. Posiblemente la sublevación y los tres años de guerra que produjo no hubiesen sido del agrado de José Antonio. Eso es casi seguro, pues no dejaba de tratarse de un hombre culto y puede que bien intencionado. Pero de lo que no hay duda es que el resultado fue el que fué y que este hombre tuvo una grandísima responsabilidad en todo lo sucedido. Por todo eso a mí no me cae nada bien la figura de José Antonio. Siendo joven yo, con edad de 20 años, no pensaba así. Había consumido toda aquella propaganda, pero me irrita que lo sigan intentando, siempre queriendo lavar el cerebro a la juventud con locuras y cada día con mas fuerza.