El lunes, 23-10-17, publicaba el diario La Rioja del Grupo Vocento, en su sección de Opinión, un artículo firmado por Ricardo Romanos. El título es, "Mí, no entender".
En el artículo, al principio se lamenta el autor de que, paseando por las calles de Logroño ve algunas escasas banderas españolas en las ventanas, y de que algún viandante que le reconoce le increpa porque en su columna del diario no haya tocado el tema catalán.
Por fin se encuentra Romanos con tres amigos anarquistas a los que define:
"Anarquistas de los de antes, gente serena, guapa, amigos para siempre".
Con estos amigos el articulista se para en la calle logroñesa y todos ellos empiezan a comentar el partido de Cataluña.
Lo primero que hacen es describir ciertos estratos sociales catalanes históricamente influyentes:
"ESOS, (se refiere a esos ciertos catalanes), que llevan años montándose el "prusés indepe" son los mismos perros con los mismos collarines de siempre: la beata derechona burguesa catalana decimonónica, unas doscientas y pico familias del rancio capitalismo catalán, ahora tan neoliberal y recortador".
Y sigue describiéndolos, trazando su trayectoria histórica, las bases de su enriquecimiento y los orígenes de su catalanismo:
"Se enriquecieron españolamente con la venta de esclavos en Cuba bajo el amparo de la Isabelona, aquella reina analfabeta y putera, siendo favorecido su comercio de algodón, barato, barato, por el Estado español. De ahí el desarrollo de su industria textil: eran muy monárquicos, muy borbónicos. Por entonces se inventaron el rollo catalanista".
Se pone Romanos ahora a describir las contradicciones de esos catalanes y su mano dura contra el mundo obrero de la primera parte del siglo XX:
"Ya en el siglo XX, siendo muy españolistas, muy patriotas, pagaron bandas de sicarios al general Martínez Anido para asesinar a los líderes sindicales de los currelas catalanes aplicándoles la famosa Ley de Fugas".
Claro que, para Romanos, las contradicciones del nacionalismo catalán no habían alcanzado su culmen, el cual sí consuman en la II República, en la guerra del 36 y después en el franquismo:
"A la II República le doraron la píldora un ratillo para terminar apoyando a Franco en el 36: la familia paterna de Puigdemont era fascista de camisa negra y blue: pustolera y falangista. Josep Dencás, fundador de ERC, creó somatenes fascistas para dar mulé a los de la CNT durante la guerra incivil. Se piró a la Italia de Mussolini el mismo día que Companys se asomó al balcón a proclamar, cándido él, el efímero Estado Catalán. Fue agente de los nazis alemanes, de los fachas italianos y de Falange Española. Él inventó la estelada para in partido nazi-fascista que dirigió en Barcelona".
Por todo ello, el autor se lamenta y los sigue retratando en el franquismo:
"Así que los incultos charnegos castellanos somos todos fascistas, manda huevos. En fin, de esas casi 300 familias que forman el Ghota del catalanismo indepe y/o soberanista, el 90% hicieron el agosto con el franquismo, como los Millet, los Godó (Grandes de España), los Güell o los Ferrusola".
Y sigue Ricardo Romanos observando con estupefacción a los independentistas catalanes que en vez de defender sus derechos sociales se ponen entonar himnos patrióticos:
"Así que alucino, compas, señora, caballero, mi no entender, aunque me lo aclare Charlie Hebdo con su sátira: la plebe catalana es más gilipollas, más tonta que el populacho corso. Que, a estas alturas, con la Merkel, la grandeur de la France, el BCE y Europa de por medio, les toquen un cornetín, les den un banderín fascista y les hagan cantar una copla euforizante (ese himno con letra tan espantosa como todos) y entren al trapo nacionalista llorón tantos señores y señoras de edad provecta a los que se les suponía entendederas para defender sus pensiones es para temblar".
Y un hombre como Romanos no podía pasar por alto a un movimiento anarcocomunista como la CUP y a una compañera, la lider de la misma, Ana Gabriel:
"Y el que una señora diputada de la CUP llamada Anna Gabriel, nieta y biznieta de de cenetistas y afiliada a la CGT, prepare con los suyos haciéndole el caldo gordo a esa derecha señoritinga, corrupta, fascista y ladrona de la antes CIU y ahora PdeCAT & ERC, una dictadura étnica leninista (y no otra cosa) disfrazada de "democracia popular" ("somos nacionalistas sin fronteras", ha llegado a decir) es para llorar desconsoladamente por Cataluña".
Ahora incide en el coste, en el bolsillo, en lo que costará esta movida:
"Y es que el pésimo y mentiroso espectáculo catalán, que veo lejano desde esta ventana, desde este mirador, me resulta una tragicomedia esperpéntica dirigida malamente por una cuadrilla de irresponsables, inmorales y desnortados. ¿Cuánto vale esa bola?. Pues dicen que nos va a costar quince mil millones arreglar el estropicio de tanta emoción, de tanto sentimentalismo paleto nacionalista. Y no salgo de mi asombro, compas, señora, caballero".
Deja para otro momento al gobierno de España al cual con frecuencia le sacude:
"Dejo para otra ocasión lo que me parece la política seguida por el don Mariano y los suyos en este asunto. Tela."
Y termina con una proclamación de principios:
"No, no colgaré más bandera que la pirata en mi balcón. ¿Nos mojamos con un vermú viendo qué pasa con ei 155?".
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Vamos a tomar aire.
El artículo de don Ricardo Romanos en La Rioja de Vocento tiene su tela, término del autor.
Un saludo.