Leyendo sobre el caso de Pablo Ibar, pareciera que los periodistas hubieran reescrito "El Proceso" de KAFKA, obra maestra de la literatura universal: un hombre inocente se ve envuelto en un interminable proceso pese a su absoluta inocencia e ignorancia ante un crimen inexistente. Del final de la novela... mejor no hablar.
Debido a ello, en el caso Pablo Ibar se presenta a la JUSTICIA NORTEAMERICANA como un ENTE ARBITRARIO y MONSTRUOSO, CRUDELÍSIMO y VORAZ... KAFKIANO. . Sin embargo, la presunción de inocencia de Pablo Ibar no justifica, en ningún caso, ese descrédito al que nuestra MAQUINARIA de OPINIÓN está sometiendo permanentemente a la JUSTICIA NORTEAMERICANA.
Detrayendo fondos públicos y recursos de todo tipo, la opinión pública ha sido convencida de que Pablo Ibar es inocente pese a haber sido condenado en un Tribunal por TRIPLE ASESINATO, toda vez que su ascendencia vasca parece la única razón para despertar tal irracional y turbulenta corriente de simpatía.
¿Y si es culpable?