por Maribel el Mar Mar 08, 2011 10:24 am
Soy una usuaria del parque Kristina Enea. He nacido y crecido con este Parque y mis hijas juegan en él.
Conozco cada rincón y he asistido alucinada a su progresiva transformación de parque a jardín.
La última actuación ha sido la tala de unos 50 árboles de gran porte, la inmensa mayoría sanos y algunos de ellos de gran valor paisajístico.
Como ejemplo, el que coronaba una fuente que hay en la parte más baja del parque.
He paseado tantas veces con mi hija disfrutando de ese rincón sombrío pero lleno de vida, tapizado de musgo, de una belleza innata.
Ese árbol abrazaba la piedra y se alzaba majestuoso en una simbiosis perfecta.
Mi hija se subía a sus raíces y le encantaba jugar entre ellas y las piedras. Lo digo en pasado, porque ahora ya no queda nada de todo eso, tan sólo restos de virutas que ensucian todo ese tapiz verde y que dan un aspecto desolado.
Mi hija de 5 años, ya no quiere subir a jugar y me pregunta constantemente porqué lo han hecho. Pero lo más triste de todo, es que no sé que responderle, nada de lo que le digo le satisface. Para ella y también para mí era un lugar mágico, casi sagrado.
Me siento impotente ante tanta prepotencia.
¿Es esto lo que queremos transmitir a nuestros hijos/as?
Si, dirán que luego también se plantan otros árboles. Pero, ¿verán algún día nuestros hijos/as árboles de ese porte?
Hablo de árboles de más de 100 años, ¿es que no se merecen un respeto tan sólo por llegar a esa edad?
¿Qué clase de valores les estamos inculcando a nuestros hijos/as con actuaciones semejantes?
Y el Legado del Duque de Mandas ¿se está respetando?
¿No hay un Centro de Recursos Medioambientales justo en el corazón de este Parque?
¡Qué paradoja!
¿A qué intereses defiende, si precisamente delante de ellos se toman medidas tan poco defensoras del medioambiente, y cuando les preguntas no tienen el menor conocimiento de lo que pasa delante de sus narices?
En fin, hay tantas preguntas sin contestar, tan sólo me queda la pataleta.
A quien corresponda, por favor, todavía estamos a tiempo de evitar que se repitan actuaciones de este tipo.
Apelo a la conciencia y sentido común de los responsables de mantener este parque y tantos otros espacios verdes para preservar su gran tesoro “NUESTROS ARBOLES”.
Maribel