por yay el Vie Nov 20, 2015 11:38 am
Observamos a un hombre
que porta un fusil;
observamos su porte,
su determinación,
de matar al que sobre
de su mundo ideal,
con una mano quizá,
con la que hoy acarició,
con la que amó a los suyos,
o con la que saludó,
con la misma mano divina,
con la que apretará el gatillo
y una bala asesina,
saldrá de un cañon oscuro
hacia un objetivo no duro,
hacia una delicada esencia
y acabará con una vida y presencia
que querría por siempre,pujar
ser,amar,darse entera,
en un ser sin maldad,
que no sabía nada,
de ese mundo ideal,
o de qué se yo afrenta,
sufrida por sus,los,demás..
Ese hombre que era,
en un tiempo,humano,
pues muestra,en su exterioridad,
dos piernas,dos brazos,
un corazón palpitante,
y una cabeza pensante,
arquetipo primoroso,
de lo No animal,
ese hombre que era
y deja de ser al matar,
sin ninguna piedad,
está preso en su Ódio,
que le ciega sin cesar,
que no le deja pensar,
odio que le inculcaron,
odio que le prestaron,
odio que le insuflaron,
odio que no le permite,
ver entre la madeja
que va tejiendo la vida,
percibir lo inmediato y dado,
el inmenso milagro
que es un ser que camina,
que siente y vive y brilla,
y para el cual,tantas cosas,
tantas ayudas,tantas obras,
han tenido que aportar,
su gran granito de arena,
para que hoy,aquí,ese ser,
esté y pueda irradiar....
contra un corazón cubierto
con piedra de odio y especias,
que no puede percibir,
entre las mil diferencias
de nuestro afuera y pasar,
un fondo común y loable
un fondo entrañable,
un fondo de humanidad;
La primera receta
que se me ocurre pensar,
para dar soporte a este mundo
que queremos levantar,
es hacer contra esta acción,
contra la cosa de Odiar,
justamente lo contrario,
contra el Odio,el Amar,
así os conocerán,
dijo el Cristo antaño,
supremacía moral
de este futuro en ciernes,
amar a los que presos
del odio y las inmundicias
no pueden ver más allá,
deseando que liberen,
su corazón apresado,
en el Odio aculmulado
en la cegera de odiar,
pues odiar es un gusano,
que te debora el amar,
que te destruye lo humano,
que te dieron,cuando al gritar,
con tu primer aliento,gritaste :
viva la libertad !
Que en el pan de cada día,tome Yo una misión :
el transformar esta tierra,que llegará a ser un Sol,
porque tu voluntad primera,en cada ser,cada piedra,
en cada palabra y mirar,en cada son,pulsación,
haya empezado a irradiar.
¡Oh,CRISTO!