por gantifaz el Jue Abr 15, 2004 6:17 am
Señoras y señores,
No sé si ustedes se han dado cuenta, pero Pello está quemado. ¿Se han preguntado por qué está Pello quemado? Quizás es porque la discriminación positiva hacia el euskera, que algunos han mencionado, se ha olvidado de los derechos y libertades de muchos ciudadanos. Quizás porque se ha impuesto un yugo a multitud de personas que desconocían el euskera para poder satisfacer el derecho (¿o deseo?) de otros de ser servidos en dicho idioma. ¿Era/es necesario? La posición de favor con el euskera se ha tornado en discriminación de muchos ciudadanos. ¿Es ése el cometido de la democracia? Yo creía que era el de favorecer la voluntad mayoritaria respetando los derechos de la minoría... Como dice Pello, desde las instituciones se hace una utilización política del euskera, y él, desgraciadamente, está quemado. Intenten ponerse en su lugar.
Me conozco la respuesta, que otros también han de ponerse en el lugar de aquellos que saben euskera y que quieren ser servidos en euskera. Vale, pues me pongo en su lugar.
"Voy a las oficinas del DNI de Vitoria, a renovar mi carnet, con unas fotos tope chula que me acabo de hacer, y le digo a la señorita del mostrador: Egunon, nere nortasun agiri nazionala berriztera nator. La señorita me mira con cara de incredulidad y me dice que no entiende euskera. a) Le repito la frase en castellano. b) Me ofendo, porque yo tengo el derecho a ser servido en castellano por un funcionario."
¿Derecho? ¿O exigencia? Yo pensaba que un idioma era para comunicarse, y que dos personas utilizan un idioma que las dos conocen. Por ejemplo, si tanto mi amigo como yo sabemos euskera y deseamos hablar en euskera, pues lo hacemos.
Pero de ahí a forzar a que me hable en euskera alguien que no lo conoce... A eso le llamo yo violar los derechos de esa persona. Y eso es lo que ha hecho el Gobierno Vasco. Sí, ya sé que Franco también violó muchos derechos, pero eso no justifica, como dice Pello, la utilización política del euskera.
Askok esan duten moduan, euskera bizi dadin, dakitenen artean hitzegin behar dute. Euskera indartzeko hezkuntza da bidea, baina langileak euskera ikastera behartzea ez da hezkuntza, horri eskubideak zapaltzea deritzot.
Eusko Jaurlaritzak, euskararen normalizazioaren legeak ezartzerakoan, ez ditu erdaldunen eskubideak defendatu, eta hori zalagarria da.
Nire ustez ulerkorra da jokaera horrek behartuak izan diren batzuengan erreakzio negatibo bat sortu izana.
Euskararen etorkizuna ez da samurra, baina nahiago nuke indartzeko emandako pausuetaz harro sentiru ahal izatea, eta ez lotsarik izan.