Jacques escribió:Está idea de igualdad de los individuos me recuerda a los etruscos. Estos dotaban al máximo a sus hijas feas, para que así pudiesen encontrar más fácilmente un marido. Así pues, dejando al azar la responsabilidad de la selección, la fábrica de zopencos ha encontrado otro tipo de carburante.
Genial como siempre JACQUES.
Contaré una anécdota. Cuando yo hice la SELECTIVIDAD, al empezar el primer examen me llamaron al orden. Mi postura al escribir era muy incómoda. Soy zurdo y las sillas estaban diseñadas para diestros. Una chorrada. Sin embargo, en aras de la igualdad de oportunidades, me llevaron a otra sala. No recuerdo que lo hicieran con nadie más, pese a que estadísticamente, seguro que habría más zurdos.
El caso es que hice el examen en la sala de profesores. Allí pude ver la velocidad de vértigo a la que corregían. Imposible leer tan rápido. Mi conclusión fue que corregían sin mucho rigor: calidad de la letra, presentación, alguna frase suelta...
Como sugiere JACQUES, no todos los individuos son iguales: unos valen para estudiar y otros no. De la misma forma que a mí me habría gustado jugar en la REAL y no he podido, hay mucha gente que no está dotada para ir a la universidad. Sin embargo, el socialismo a pervertido a los individuos haciéndonos creer que todos somos iguales. Esto no es así: hay vagos y trabajadores, listos y tontos, guapos y feos.
Esto me recuerda a la historia de la BELLA MARCELA, del QUIJOTE: todos los pastores (feos y guapos, buenos y malos) se enamoraban de ella y se creían con derecho a ser correspondidos, como si todos fueran iguales para ella. Como si ella no tuviera derecho a elegir.