por RebolledoMiriam el Vie Sep 21, 2018 10:02 am
La música como arte, tiene una relación estrecha con el mundo que la rodea, hasta tal punto que nunca se puede entender el arte de la música si se prescinde de la situación estética, social y artística de la sociedad en que surge.
La música como arte ha sido valorada por todas las culturas, desde los pueblos más primitivos. Hay mitologías en las que la creación del mundo se realiza a partir del sonido; otros piensan que la música es el medio de comunicarse con los dioses. Esta situación no cambia cuando llegamos a pueblos más cultos, y así los griegos la valoran hasta tal punto que hablan del origen semidivino de la música. Dioses como Hermes, Atenea, Dionisos o Apolo están relacionados con el arte de la música, como inventores de instrumentos o simplemente como tañedores.
La música es una parte esencial en el teatro, en los juegos olímpicos, en fiestas, y es igualmente valorada por atenienses y espartanos.
Platón dice que la música ejerce una gran influencia sobre el hombre, y la sitúa en el lugar cumbre de todas las artes.
Roma hereda la afición musical de los griegos y la transmite a la Edad Media europea, aunque en esta época la música no es solamente valorada como arte, sino que también se le da el rango de auténtica ciencia.
Durante el Renacimiento la importancia del arte de la música la comparten todos los humanistas, la iglesia y los intelectuales de entonces.
El Barroco supone una reavivación del arte musical. A partir de la Revolución Francesa la clase media y la burguesa se comienza a interesar por la música, que hasta entonces era un arte más o menos unido a la aristocracia y a la religión.
Durante el Romanticismo la música se convierte en el arte por excelencia.
Y ya en la sociedad contemporánea el arte musical ha tomado sin duda la primacía sobre todas las artes, dado que en realidad todo el mundo la cultiva a un nivel u otro; incluso otras artes de enorme importancia (como el cine) tienen que recurrir necesariamente a su ayuda.