por Xabier-11 el Dom Dic 08, 2019 7:59 pm
A veces cuando paseo por la arena de la Zurriola suelo cruzarme, cada vez menos veces; con una donostiarra que lleva tatuado el escudo de la Real Sociedad en su hombro. Tras una sonrisa sincera, no solemos dar un par de besos y nos preguntamos por nuestras vidas y por la familia.
Al leer este post, me he acordado de ella y de cuan pequeño es el mundo, pues aquella fatídica tarde ella estaba en Madrid para disfrutar de una tarde de buen fútbol y recibieron la mayor de las goleadas que te puede pasar en esto del fútbol. Volvieron de Madrid con muchas lágrimas y un cadáver.
Después de esto, lo de los gritos a Griezmann el otro día, es reprobable pero anecdótico y, lo de la cuantía de la multa, un escándalo y un insulto al fútbol, a la educación, a la ética y a la estética.
De todas formas, lo más sangrante de todo no fue lo que pasó antes del asesinato de Aitor, !qué pasó!, ni durante !que lo fue! ni después !que tuvo su tela!, sino que lo más vergonzoso es que después de un hecho que no tiene moviola y vuelta atrás, un Club de fútbol, haya tolerado en sus gradas a individuos que jalean un asesinato y a su asesino con la mirada hacia otro lado y el silencio cómplice del resto de la afición y, que el Gobierno, no haya hecho nada, ni la Fiscalía General ni la Federación Española de Fútbol ni la FIFA ni los árbitros que lo han escuchado en directo un partido sí y otro también......ni la Real ni......
Hoy me siento triste como humano y como aficionado!!
Esto no es fútbol! Tiene un nombre fácil! Un nombre intolerable e injustificable por nadie y, menos, por las Instituciones, sean del tipo que sean éstas!
Un recuerdo por Aitor y Aupa Real!!!!