Como bien señala la autora española Herminia María García Ruso la danza es: “una actividad humana; universal porque se extiende a lo largo de toda la historia de la Humanidad, a través de todo el planeta, se contempla en ambos sexos y se extiende a lo largo de todas las edades; motora, porque utiliza el cuerpo humano a través de técnicas corporales específicas para expresar ideas, emociones y sentimientos, siendo condicionada por una estructura rítmica; polimórfica, porque se presenta de múltiples formas pudiendo ser clasificadas en: arcaicas, clásicas, modernas, populares y popularizadas; polivalente, porque tiene diferentes dimensiones: el arte, la educación, el ocio y la terapia; compleja, porque conjuga e interrelaciona varios factores: biológicos, psicológicos, sociológicos, históricos, estéticos, morales, políticos, técnicos, geográficos y, además, porque conjuga la expresión y la técnica y es simultáneamente una actividad individual y de grupo, colectiva”
Desde sus inicios la danza ha estado ligada a la política de una u otra manera, si echamos un vistazo a la historia, antes de que se llegasen a desarrollar los tipos de danza que existen actualmente, se dio a conocer la danza clásica en Francia bajo el reinado de Louis XIV (ver más) quien incentivó la danza y logró darle la connotación de género artístico que hasta ese entonces carecía.