"La supuesta superioridad moral de la izquierda y los independentistas en españa se debe a 'su ambición de trascendencia. Precisamente porque condena el orden existente, puede proyectar hacia el futuro una sociedad construida sobre bases más justa, donde los principios morales alcanzan su máxima potencia.
La derecha y centro derecha constitucionalistas que se tiene que mover en los estrechos límites de la realidad y no concibe una sociedad radicalmente distinta del statu quo debido a su apego al orden y la autoridad, se ve obligada a hacer concesiones importantes en materia de mejoras sociales que con frecuencia solo sirven para el beneficio de los más acomodados en la sociedad del subsidio, así mismo las concesiones al independentismo repercuten negativamente en la mayoría de casos sobre la correcta gestión del estado en los asuntos que similitudes en la superioridad moral de la izquierda populista y la ultra derecha independentista catalana.
son de su competencia y no por ello el independentismo mejora las competencias transferidas.
no hace falta ser un lince para no ver el infantilismo de estas dos corrientes ideológicas dado que ninguna de ella se siente constreñida por la realidad, puede permitirse el lujo de proyectar hacia el futuro sus utopías morales más disparatadas. Un mundo feliz como objetivo solo realizable por ellos donde el "arriba parias de la tierra" y el "cataluña triufant" serían las melodías del agradable estado anímico de la sociedad feliz.
es muy típico en la izquierda populista y en la extrema derecha independentista el no importar cuán moralmente perfecto seas porque siempre habrá alguien por encima tuyo con el derecho a recriminarte tu falta de empatía a la causa común de "el pueblo" ...(?), un miembro del partido de la virtud de turno, capaz de imaginar una perfección moral aún más perfecta que la tuya. Alguien al que tu perfección moral siempre le parecerá un pálido reflejo de la ideal: la que él ha imaginado en su cabeza, a solas con sus prejuicios (tan reales), saltándose a la torera los obstáculos de lo real.
Dado que la perfección moral de los seres humanos, limitada por la realidad, será siempre, por definición, inferior a la ideal, todos los seres humanos somos sospechosos de impureza moral perpetua y, por lo tanto, candidatos al castigo.
De ahí las constantes batallas entre facciones por el cetro de la máxima pureza ideológica o étnica-racial . La suya es una guerra civil entre imaginaciones, infinita, cuyas víctimas somos siempre los ciudadanos de a pie.
Son religiones mesiánicas.