Ha transcurrido nada menos que una década desde que Aimar ganó una etapa y la prueba Euskal Bizikleta. Y ahora se ha llevado la etapa prólogo y la general del Tour de l’Ain. Diez largos años sin rascar una victoria, por muy humilde que fuera. Y excepto los dos o tres últimos años, corriendo con libertad de maniobra en Euskatel, sin tareas de doméstico. Diez años, diría yo, chupando rueda, sin tomar la iniciativa de un ataque. Y así, en los Tours de 2003 y 2004, logró clasificarse en 5º lugar, chupando rueda de continuo. No digo que no tenga mérito, y mucho, clasificarse el 5º en el Tour, ya sea chupando rueda o masticando chicle; pero él tenía condiciones para mejoras ese puesto, sólo le faltaba iniciativa.
Parece ser, según leí, que en una carrera por etapas, atacó en una de ellas y se fue en solitario, pero a pocos kilómetros de la meta le atraparon y sobrepasaron, perdiendo todas sus opciones en la general. Creo recordar que así fue. Y desde entonces, a chupar rueda y no arriesgarse lo más mínimo. Una gran lástima.