por Estico el Jue Dic 19, 2024 12:17 pm
mi destino es el dolor, ni sombra no me hace falta porque a mi nunca me ha dado el sol” como decían Los Calchaquis (salvando las distancias). Por lo menos en la segunda parte del tercer cuar-to. Este año nos toca sufrir en ese maldito tercer cuarto. Cuando todo parecía ir sobre ruedas hubo un momento en que con todas nuestras interiores (salvo Niyah, que prácticamente n o par-ticipó en este partido y a la que eché de menos sobre todo por su rapidez, entre otras cualidades) las velocísimas contrarias nos pasaron por encima hasta empatar el partido cuando se iba ga-nando de 15 puntos y en dinámica ascendente. O eso me pareció a mí. Afortunadamente se re-condujo en el último cuatro, con serenidad e insistencia ya que las nuestras no me parecieron excesivamente lúcidas colectivamente. Ahí fueron decisivas Delicia, Roso y Lara, aunque las otras que jugaron, no desmerecieron. Aparte del juego de ataque las magníficas cinco titulares del Charnay, tuve la impresión de que tanto en los ataques al aro como, sobre todo, en rebote se impusieron ellas en defensa, lo que solventamos a base de triples y jugadas individuales. Es espe-ranzador que a pesar del aparente agarrotamiento y cansancio de las nuestras mantuvieron la cara durante casi todo el partido, logrando una hazaña que en baloncesto ni el glorioso Askatuak de Essie Hollis y Nate Davis consiguieron, y que a nivel de equipos del territorio sólo han conse-guido, por orden de alcance, el Bidasoa de balonmano, la Real masculina y el fantástico Bera femenino de balonmano (perdón por si me olvido de alguno). Creo que la próxima eliminatoria será en enero contra el Dinamo de Sassari, de Cerdeña. Este finde tienen que recuperar confian-za y juego para afrontar el Everest que supone enfrentarse al equipo, cualquiera que sea, que disfruta a Mariam Coulibaly (creo que ya ha sido 3 veces MVP esta temporada). Gogorrago!