Un partido muy serio cuya primera parte se definió en la intensidad defensiva que restó tiempo y frescura a los ataques lo que afectó al marcador. Yo no creo que fuera una mitad mala sino que esa intensidad en defensa se trasladó al ataque con la aceleración que conllevó precipitación no solo a la hora de escoger la jugada sino también en armar el tiro.
He leído que la defensa se basó en el juego interior, pero yo creo que aportaron mucho las de afuera, lo que demuestra el partido de Diarra, que conjugada con las otras interiores y alguna más le dieron cera a Coulibaly hasta en el permiso de residencia, tanto es así que en un momento dado se dirigió airada a un árbitro siendo retenida por Harden, cuando en un año y medio no le he visto ni un mal gesto, más bien todo lo contrario. Es que llueve sobre mojado, ya que si al mínimo indicio de pasos o zona le pitan en contra, cuando las defensas intentan pararla como sea, lo que es harto difícil, los árbitros se comen el silbato incluso cuando la falta podría llegar a ser antideportiva. De la apariencia de corrección de mi apreciación es buena muestra que en el intercambio de saludos entre los equipos se intercaló el entrenador rival que al llegar a Mariam le hizo un gesto muy cariñoso probablemente motivado por el “rigor” con que se emplearon con ella algunas de sus jugadoras.
Por su parte Cox echó mano a su bolsa de trucos y nos deleitó con cuatro triples casi seguidos para juerga de sus compañeras. Mientras tanto todas cumplieron con creces, incluso Ane, pero especialmente, para mi gusto, Joy-Brown-Adams, lo que sea, que con su actividad y actitud aporta muchísimo e intimida a las rivales. También lo hicieron las demás, siendo además multiusos, como por ejemplo María España, nuestra tiradora, que en los últimos partidos está muy bien en defensa.
Ahora a pegarse un trago fuerte con Perfumerías que con este, equipo cualquiera sabe. Gogor!