Increible lo de Lillo
Y en este foro dandole palos de aquella manera...
Que alegrón me he llevado por él
MarkelBergara escribió:Increible lo de Lillo
Y en este foro dandole palos de aquella manera...
Que alegrón me he llevado por él
MarkelBergara escribió:Increible lo de Lillo
Y en este foro dandole palos de aquella manera...
Que alegrón me he llevado por él
silversurfer escribió:Yo de fútbol no tengo ni idea. No puedo juzgar a LILLO. Pero no soporto a los falsos intelectuales que utilizan el verbo rimbombante para no decir nada.
LILLO es uno de ellos.
dick-turpin escribió:Juanma Lillo es una persona a la que profeso un profundo respeto y no expresamente por su valía profesional. Si no soy nadie, como se me dice, para opinar sobre Imanol “porque sabe infinitamente más de fútbol” que yo, ¿cómo iba a hacerlo sobre Juanma? ¿O es que este está a un nivel más bajo y, por tanto, más accesible a nosotros, aficionados de a pie?
A Lillo le tocó vivir una época muy difícil para nuestro Club, que se debatía entre el fraude y la quiebra, entre la utopía y el descenso, entre la traición y la recompensa, entre el caciquismo y el romanticismo,… entre la nada y la nada.
En esa ciénaga donde remábamos sin levantar la pala del agua para no huir despavoridos de lo que podríamos encontrar, se movían criaturas de diferentes orígenes pero con un mismo objetivo: medrar a cuenta de lo que fuera, comenzando por el propio Club.
Pocas personas supieron y consiguieron mantener un nivel meritorio de dignidad, dadas las circunstancias tan adversas. Una de ellas, quizás la que más me impactó en este sentido, fue Juanma, profesional (y “solo” profesional) de los pies a la cabeza. Podría citar a alguno más (Denoueix, Eizmendi, Lasarte…), pero, en mi opinión, al tolosarra le tocó el momento más difícil y se enfrentó a él con la cabeza alta y el traje de faena, ese que no tiene bolsillos.
Se podrá cuestionar si su trabajo en la Real fue bueno o malo (yo creo que el aficionado tiene derecho a cuestionar todo). Mi opinión no está definida. Normalmente a los entrenadores se los juzga por los resultados y los suyos no fueron satisfactorios desde el momento que en su primera temporada (en la segunda no tenía opción) no se consiguió el anhelado ascenso, imprescindible para intentar la regeneración sin tener que entrar en procedimiento concursal.
Pero, por otra parte, tengo arraigada la sospecho de que no tuvo arte ni parte (negativa) en el mendizorrozazo y, por lo tanto, tampoco en aquel desastre, ni en sus consecuencias. Que por él habríamos ascendido.
No es una persona que me resulte especialmente simpática, ni con la que concuerde mucho (sobre todo porque, por mi incultura futbolística, no alcanzo a muchas de sus exposiciones), ni siquiera conozco al detalle sus conceptos técnicos, pero, como he dicho al principio, me genera una gran sensación de respeto y pienso que será por mucho tiempo.
Mila esker, Juanma.
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