Baile en el campo y baile en la grada porque cada dos por tres estábamos levantándonos.
Ya casi no me acordaba de lo que era un galernazo de esos.
Me recordó a la real de Montanier con Vela, Agirretxe y Antxon.
Aquellos se pasaban 35 minutos sobando la bola y en un cuarto de hora cascaban tres goles y se acabó el partido.
La sensación fué parecida.
Luego Silva vió que calentaba Rafael y le mandó un regalito al colega en la banda , que se lo tendría ganado.
Mientras Zubimendi tardaba un güebo en ponerse la camiseta me puse algo nerviosín, porque veía que el aletico entraba bastante y podía caer otra cartulina por llegar tarde a alguna.
Se vistió, salieron y venga otra vez al lio.





