El tribunal Constitucional francés anula el articulo 4 de una ley que proyectaba la introducción de las lenguas regionales de manera inmersiva, es decir como lengua principal de la enseñanza y de utilización en la esfera pública, es decir, en la administración. Poco más o menos, con el mismo estatuto que el catalán en Cataluña.
Macron no está contento. Y le entiendo. Este hombre se proclama europeo antes que francés. Es partidario, sin decirlo, de un gobierno mundial, lo que requiere el abandono de la idea de nación.
La lengua, como todos sabemos, es uno de los mayores componentes de nuestra identidad, puesto que la lengua es el fruto de nuestra historia. Por lo tanto, para los partidarios del « globalismo », como Macron, cuyo objetivo es la división de Europa en 200 regiones, reunidas para empezar, en un gobierno europeo soberano.
Todos sabemos que las lenguas regionales son minoritarias en todas las regiones españolas, aunque el catalán sea predominante en Lérida y Gerona. Y en Francia son ultra minoritarias salvo en Córcega.
Personalmente, si Córcega quiere ser independiente, pues no es un problema. Pero no caerá esa breva ya que sin la ayuda financiera del estado no pueden vivir. Amenazan para obtener más dinero de los tontainas que nos están gobernando desde hace 40 años.